Beneficios al entrenar en verano

Ahora que has leído el título y te hemos despertado el interés en seguir leyendo.

Seguramente habrás escuchado o leído miles de veces que no se debe entrenar cuando hace demasiado calor porque te pueden pegar calambres, dolor de cabeza, mareos, confusión… Efectivamente, es así, esto puede pasar de verdad. Pero en este artículo vamos a hablar de aspectos que no se suelen decir, como que el hecho de entrenar con temperaturas elevadas (38º) también puede causar efectos beneficiosos en nuestro rendimiento.

CUIDADO: No pretendemos decir que ahora todos os vayáis a correr como pollos sin cabeza o a hacer algún tipo de ejercicio físico en agosto a las 15:00 de la tarde en Mallorca, simplemente ponemos de manifiesto que, según algunos estudios, podemos comprobar que pueden existir ciertas ventajas.

Para ponernos en situación, la idea de entrenar en calor viene de la misma forma que el entrenamiento en altitud (¿a que esto os suena más?). El entrenamiento en altitud ha despertado un gran interés entre los deportistas de élite para mejorar su rendimiento a través de los cambios fisiológicos que experimenta su cuerpo, como la mejora del transporte de oxígeno a los tejidos musculares. Esto se debe a que nuestro organismo produce más glóbulos rojos que transporta el oxígeno a nuestros músculos.

Incluso los propios deportistas y entrenadores han creado el mantra “live high, train low” (vive arriba y entrena abajo).

También se debe a que hay competiciones que se realizan a altas altitudes y se busca crear el ambiente más parecido posible para que el deportista de adapte a este. Igualmente, hay también competiciones en las que nos encontramos con ambientes calurosos y húmedos en los que los deportistas buscan la forma de adaptarse a ellos.

Tras algunos estudios para conocer los cambios fisiológicos y el rendimiento a largo plazo, se comprobó que el entrenamiento en ambiente cálido (38º) produjo una expansión del volumen plasmático del 6%, sin modificar el gasto cardiaco máximo o el volumen eritrocitario, además de incrementar el volumen sanguíneo al cerebro un 13%. También se comprobó un incremento en la potencia máxima en un test incremental, el VO2 máx y la potencia media en una contrarreloj. Además, otro dato muy interesante es que las personas que entrenaron a estas temperaturas redujeron la pérdida de sales a través del sudor.

Pero no todo es tan sencillo, y es que para mejorar nuestro rendimiento es necesario entrenar a ritmos muy elevados para preparar nuestro organismo, y esto se hace extremadamente duro en condiciones muy calurosas, y sobre todo si también el ambiente es húmedo. El cuerpo se ralentiza para protegerse y el resultado es que simplemente no se puede correr más rápido. Pero aún encontramos otra ventaja en estos tipos de entrenamientos, desde el punto de vista psicológico, y es que los deportistas deben luchar mucho más para poder superar esas barreras mentales en estas condiciones, produciendo así una ventaja extra en la competición.

De esta forma, una estrategia que se utiliza es realizar los entrenamientos de altas intensidades a temperaturas más bajas y aprovechar los entrenamientos de bajas intensidades pero mayor volumen a temperaturas más altas.

En definitiva, puede ser que nos encontremos con una nueva herramienta para incrementar nuestro rendimiento, con resultados que parecen muy favorables y que el nuevo mantra sea “live high, train low, and hot” (vive arriba, entrena abajo, y con calor).

Hay que decir que los estudios del entrenamiento a altas temperaturas no son muy elevados y sería necesario más evidencia científica para aprovechar al máximo los beneficios de este tipo de entrenamientos.

Una vez más, gracias por leernos. Estamos a vuestra disposición para todo tipo de consultas. Recordad utilizar la información que transmitimos de forma prudente.

Equipo de Respira i Entrena.

“Que tus pies nunca paren tus sueños”